El ébola es una enfermedad infecciosa viral aguda que produce fiebre
hemorrágica en humanos y primates (monos, gorilas y chimpancé), causada
por el virus del
Ébola, que se describió por primera vez en el año 1976 por el Dr. David Finkes,
cuando se presentaron varios casos de fiebre hemorrágica en Zaire y
Sudán. El nombre del virus se debe al río Ébola, geográficamente ubicado
en Zaire.
El virus del Ébola está considerado como
sumamente infectivo, debido a su alta tasa de mortalidad, la rapidez con
la que provoca la muerte y las zonas remotas donde se producen las
infecciones. Se transmite a los humanos a través del
contacto con un animal huésped infectado vivo
o muerto (monos, murciélagos, antílopes…) y se disemina de persona a
persona por el contacto con la sangre, tejidos, secrecciones y los
fluidos corporales del sujeto infectado, y por el contacto con equipo
médico contaminado, tales como agujas.
Las infecciones por virus del Ébola son agudas y no existe el estado
de ‘portador’. Debido a que el reservorio natural del virus es
desconocido, la manera en que el virus aparece por primera vez en un ser
humano en el inicio de un brote no se ha determinado aún.
La
transmisión nosocomial se refiere a la
propagación de una enfermedad dentro de un centro hospitalario, este
tipo de transmisión ocurre con frecuencia durante los brotes de virus
del Ébola. En la mayoría de los centros de salud de África los pacientes
son atendidos sin mascarilla, batas o guantes. Además, cuando las
agujas o jeringas que se utilizan pueden no ser del tipo desechable, si
se contaminan con el virus y luego se vuelven a utilizar, muchas
personas pueden ser infectadas.
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De
hecho, si se produce la muerte del afectado por el virus, el protocolo
indica que no se le puede realizar la autopsia por el alto riesgo de
contagio por los fluidos de la víctima, por lo que deberá ser
incinerado.
Para su prevención habrá que:
- Disminuir el contacto con animales salvajes que pudieran estar
infectados como simios, monos y algunos tipos de murciélagos. Evitar el
consumo de carne cruda.
- Empleo de guantes y prendas protectoras para manipular animales.
- Utilizar guantes, mascarillas y batas especiales para disminuir el
riesgo de transmisión de persona a persona como consecuencia del
contacto estrecho con personas infectadas, en particular con sus
líquidos corporales.
- Lavarse las manos frecuentemente, sobre todo después de visitar a familiares enfermos en
el hospital, así como después de haber cuidado a enfermos en el hogar.
- Difundir mensajes de información a la población sobre las
características de la enfermedad y de las medidas de control del brote,
en particular la inhumación de cadáveres.
Teresa Romero, la
auxiliar de enfermería que se convirtió en el primer contagio de
ébola fuera de África, ha abandonado en torno a las 17.00 horas de
este sábado la habitación de aislamiento ubicada en la sexta planta
del hospital Carlos III, en la que permanecía ingresada desde el
pasado 6 de octubre.
Los últimos
análisis realizados a la auxiliar han confirmado que en sus fluidos
corporales no quedan signos del virus del ébola, según han
informado fuentes sanitarias.
Por este motivo ha
sido trasladada a la quinta planta del Carlos III, donde estuvieron
en cuarentena los 15 contactos de Teresa considerados de alto riesgo.
Será ahí donde
continuará ingresada en una habitación convencional y seguirá en
observación rutinaria, según ha acordado el equipo médico que la
atiende en el centro sanitario, y ahora ya podrá recibir visitas de
sus familiares para ser dada de alta en los próximos días.
Romero es la única
paciente relacionada con el ébola que queda en el centro sanitario,
después de que su marido Javier Limón recibiese el alta el pasado
día 27 de octubre, así como el resto de las personas que tuvieron
un contacto directo con ella.
La auxiliar de
enfermería fue el primer caso de contagio de ébola en España y
Europa, al haber atendido en el Hospital Carlos III-La Paz donde
trabaja al misionero Manuel García Viejo, que falleció a causa de
la enfermedad el 26 de septiembre.
Romero superó el
virus el pasado 21 de octubre, pero seguía en aislamiento desde
entonces a la espera que los análisis corroborasen que no quedaban
restos del virus en sus fluidos.
A partir de ahora,
las únicas personas a las que se someterá a seguimiento son los
profesionales sanitarios que han atendido a la auxiliar de
enfermería, que estarán en observación durante 21 días desde hoy,
cuando se ha determinado que no hay restos del virus en sus fluidos y
que desaparece cualquier riesgo de contagio. Los sanitarios se
tomarán la temperatura dos veces al día y serán contactados por el
equipo de prevención de riesgos del hospital.
Como establecen los
criterios de la Organización Mundial de la Salud, España quedará
oficialmente libre del virus 42 días después del último caso, es
decir, dos veces el periodo de incubación. Este sábado, el Hospital
de La Paz difundió dos imágenes de Romero tras salir del
aislamiento: posando junto a su marido, acompañada por los
profesionales sanitarios que la atendieron y compañeros del
hospital.
Comparecencia de Teresa Romero al salir del hospital