domingo, 2 de noviembre de 2014

La enfermedad del ébola

El ébola es una enfermedad infecciosa viral aguda que produce fiebre hemorrágica en humanos y primates (monos, gorilas y chimpancé), causada por el virus del Ébola, que se describió por primera vez en el año 1976 por el Dr. David Finkes, cuando se presentaron varios casos de fiebre hemorrágica en Zaire y Sudán. El nombre del virus se debe al río Ébola, geográficamente ubicado en Zaire.

El virus del Ébola está considerado como sumamente infectivo, debido a su alta tasa de mortalidad, la rapidez con la que provoca la muerte y las zonas remotas donde se producen las infecciones. Se transmite a los humanos a través del contacto con un animal huésped infectado vivo o muerto (monos, murciélagos, antílopes…) y se disemina de persona a persona por el contacto con la sangre, tejidos, secrecciones y los fluidos corporales del sujeto infectado, y por el contacto con equipo médico contaminado, tales como agujas.
Las infecciones por virus del Ébola son agudas y no existe el estado de ‘portador’. Debido a que el reservorio natural del virus es desconocido, la manera en que el virus aparece por primera vez en un ser humano en el inicio de un brote no se ha determinado aún.
La transmisión nosocomial se refiere a la propagación de una enfermedad dentro de un centro hospitalario, este tipo de transmisión ocurre con frecuencia durante los brotes de virus del Ébola. En la mayoría de los centros de salud de África los pacientes son atendidos sin mascarilla, batas o guantes. Además, cuando las agujas o jeringas que se utilizan pueden no ser del tipo desechable, si se contaminan con el virus y luego se vuelven a utilizar, muchas personas pueden ser infectadas.
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De hecho, si se produce la muerte del afectado por el virus, el protocolo indica que no se le puede realizar la autopsia por el alto riesgo de contagio por los fluidos de la víctima, por lo que deberá ser incinerado.

Para su prevención habrá que:
  • Disminuir el contacto con animales salvajes que pudieran estar infectados como simios, monos y algunos tipos de murciélagos. Evitar el consumo de carne cruda.
  • Empleo de guantes y prendas protectoras para manipular animales.
  • Utilizar guantes, mascarillas y batas especiales para disminuir el riesgo de transmisión de persona a persona como consecuencia del contacto estrecho con personas infectadas, en particular con sus líquidos corporales.
  • Lavarse las manos frecuentemente, sobre todo después de visitar a familiares enfermos en el hospital, así como después de haber cuidado a enfermos en el hogar.
  • Difundir mensajes de información a la población sobre las características de la enfermedad y de las medidas de control del brote, en particular la inhumación de cadáveres.
 
Teresa Romero, la auxiliar de enfermería que se convirtió en el primer contagio de ébola fuera de África, ha abandonado en torno a las 17.00 horas de este sábado la habitación de aislamiento ubicada en la sexta planta del hospital Carlos III, en la que permanecía ingresada desde el pasado 6 de octubre.

 
Los últimos análisis realizados a la auxiliar han confirmado que en sus fluidos corporales no quedan signos del virus del ébola, según han informado fuentes sanitarias.
Por este motivo ha sido trasladada a la quinta planta del Carlos III, donde estuvieron en cuarentena los 15 contactos de Teresa considerados de alto riesgo.

Será ahí donde continuará ingresada en una habitación convencional y seguirá en observación rutinaria, según ha acordado el equipo médico que la atiende en el centro sanitario, y ahora ya podrá recibir visitas de sus familiares para ser dada de alta en los próximos días.
Romero es la única paciente relacionada con el ébola que queda en el centro sanitario, después de que su marido Javier Limón recibiese el alta el pasado día 27 de octubre, así como el resto de las personas que tuvieron un contacto directo con ella.

La auxiliar de enfermería fue el primer caso de contagio de ébola en España y Europa, al haber atendido en el Hospital Carlos III-La Paz donde trabaja al misionero Manuel García Viejo, que falleció a causa de la enfermedad el 26 de septiembre. 

Romero superó el virus el pasado 21 de octubre, pero seguía en aislamiento desde entonces a la espera que los análisis corroborasen que no quedaban restos del virus en sus fluidos. 

A partir de ahora, las únicas personas a las que se someterá a seguimiento son los profesionales sanitarios que han atendido a la auxiliar de enfermería, que estarán en observación durante 21 días desde hoy, cuando se ha determinado que no hay restos del virus en sus fluidos y que desaparece cualquier riesgo de contagio. Los sanitarios se tomarán la temperatura dos veces al día y serán contactados por el equipo de prevención de riesgos del hospital.
Como establecen los criterios de la Organización Mundial de la Salud, España quedará oficialmente libre del virus 42 días después del último caso, es decir, dos veces el periodo de incubación. Este sábado, el Hospital de La Paz difundió dos imágenes de Romero tras salir del aislamiento: posando junto a su marido, acompañada por los profesionales sanitarios que la atendieron y compañeros del hospital.

 Comparecencia de Teresa Romero al salir del hospital


                         

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